Al recordarse los 200 años de la declaración de la independencia de la Argentina resulta llamativo que existe en el país, un solo monumento erigido como homenaje a la gesta del 9 de julio de 1816. En este repaso que hacemos a los actos celebrados en la Sexta Sección y otros puntos de la República, nos pareció una buena introducción traerlo a colación para conocimiento de nuestros lectores.
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El Monumento a Héroes de la Independencia es un imponente grupo escultórico, obra de Ernesto Soto Avendaño, fue erigido con motivo de homenajear al Ejército Argentino del Norte y los Escuadrones gauchos de la Quebrada de Humahuaca al mando de los coroneles Álvarez Prado y Arias, dependientes de Martín Miguel de Güemes.
Fundamentalmente desde 1816, cuando la defensa de la frontera norte quedó a cargo del pueblo de Salta y Jujuy dirigido por Güemes, se libraron innumerables combates, grandes y pequeños, hostigando a las tropas realistas que intentaban penetrar hacia el sur del territorio de las Provincias Unidas, y mantenían ocupada militarmente a toda la jurisdicción del Alto Perú.
El primer avance, sin embargo, sucedió en 1812, cuando una invasión bien pertrechada llegó hasta San Miguel de Tucumán, con el ejército del Norte comandado por Manuel Belgrano, y numerosos habitantes de la Quebrada, Jujuy y Salta retirándose ordenadamente hasta dicha ciudad. Allí, a instancias de esos pobladores y de los tucumanos, Belgrano decidió desobedecer las órdenes de Rivadavia, que le exigía seguir retrocediendo hasta Córdoba y la caballería gaucha y el ejército enfrentaron a los realistas comandados por el general peruano Pío Tristán, que los doblaban en número.
El ejército invasor fue derrotado en las afueras de San Miguel de Tucumán el 24 de septiembre. Finalmente, en 1813, el 20 de febrero, Belgrano derrotó nuevamente a los realistas en las afueras de la ciudad de Salta, y éstos se retiraron hostigados por las tropas patriotas hasta Tupiza. Desde entonces las invasiones realistas nunca pasaron de la ciudad de Salta. Las invasiones y escaramuzas en lo que constituye actualmente territorio argentino siguieron hasta 1822, y el estado de guerra hasta la última batalla librada en suelo sudamericano contra el dominio español, en Tumusla, el 1 de abril de 1825, al norte de la actual frontera argentino-boliviana.
El monumento de 70 toneladas en bronce representa la imagen del chasqui indígena Pedro Socompa que lleva la noticia de la libertad, aunque algunos lugareños sostienen que la imagen del protagonista se corresponde a la de Diego Viltipoco, un cacique Omaguaca de Purmamarca que ofreció una fiera resistencia a la conquista española.
A los costados del Chasqui, abajo, se pueden observar los escuadrones gauchos, en uno de los cuales se ve la figura del sargento Antonino Peloc, de Tilcara, cuyo busto, en réplica, se encuentra hoy en la plaza chica de dicho pueblo
Con frecuencia, en las redes sociales, se identifica al monumento como «monumento al indio», pero su autor lo denominó monumento a los héroes de la Independencia, y sus figuras así lo demuestran. Naturalmente, las figuras representadas, y fundamentalmente el gigantesco chasqui, son personajes de los pueblos originarios, porque fueron ellos los que arrostraron todo el peso de la guerra de quince años, incorporados a los escudrones gauchos.
Se puede subir por las escalinatas laterales y en lo alto apreciar una vista panorámica de Humahuaca con la grandiosa quebrada homónima como telón de fondo. A 50 m hacia la izquierda se encuentra emplazada la Torre de Santa Bárbara que formó parte de una capilla jesuita ya demolida.
Fuente: Wilkipedia