¿No le es suficiente con la degradación a la que ha sometido a la provincia de Buenos Aires en sus años de gobernador?
Por sus miserables intereses personales de acceder al poder ha condenado a sus habitantes a soportar el deterioro de su educación, su salud, sus rutas, su producción agrícola…
No es excusa que el gobierno nacional no le haya enviado los fondos que le corresponden, sabe por qué? Por qué no son suyos, son de los ciudadanos que pagan los impuestos, esos que usted aumentó sin escrúpulos. Mire ahora, ¿cómo ha conseguido multimillonarios fondos para su campaña? De igual manera es de los ciudadanos bonaerenses el dinero que el Banco Provincia le prestó a su señora y nunca devolvió. ¿Con que cara va a exigir a otros que paguen lo que corresponde?
Usted soportó cualquier indignidad con tal de no mal disponer la voluntad de la presidenta para que lo designe como el candidato títere. Es consciente de su incapacidad para salir a proponer algo a los ciudadanos si no es a caballito de otro, como ha hecho con Menem, con Rodriguez Sa, con Duhalde y con Nestor Kichner. El tema que el costo que a usted no le importa pagar va en desmedro del bienestar de la población de la provincia, a la indiferencia por los pobres y marginados. Dicen los medios que supo manejarse con una política de consenso, claro, total las consecuencias las pagaron otros, así cualquiera…
Sabe que hubiera hecho una persona con dignidad? Alguien a quien realmente le hubieran importado los ciudadanos? Se hubiera plantado frente a la presidenta y le hubiera dicho: “Señora si el problema soy yo, aquí tiene mi renuncia si me garantiza que con ello enviará los fondos que pertenecen al pueblo de la provincia”. Pero para eso se necesita coraje, algo que usted no tiene. Prefirió arrastrarse por el cargo del que ha hecho su ídolo pagano y con ello postrar a toda una provincia.
Y antes de que piense que esto está dicho con algún favoritismo por otro candidato, déjeme decirle, nadie ha pagado por esto. Mire, sostengo que Felipe Sola gobernó la provincia de manera mucho más eficiente que usted, sin embargo nunca le dio a Sexta Sección un centavo de publicidad…y se lo he dicho en la cara, como se lo estoy diciendo, pero no por ello voy a callar lo que es. Ninguno de los candidatos me seducen demasiado, pero al menos gobernarán con sus ideas, no obedeciendo órdenes de otros. La Argentina se encamina inexorablemente a una crisis más profunda que la del 2001, para poder sobrellevarla usted es, por lejos, el peor candidato.
Hay algo que se llama dignidad, debería tenerlo presente. Al fin de cuentas más dignos son los de la Cámpora, criticados por los medios que a usted lo sostienen, cuando no aceptan su liderazgo a sabiendas de que su discurso pro kirchnerista es falaz como las promesas de continuar con la políticas por ella diseñada.
Hay quienes me han sugerido no escribiera esto porque algo podría pasarme. Que miedo tendría? He sobrevivido a críticas a los montoneros, a denuncias a los militares y a amenazas de Anibal Fernandez. Habré tenido suerte tal vez, pero imagine si voy a temer ahora a mis 65 años.
Nunca lo estuve y menos ahora, dispuesto a seguir soportando a dirigentes como usted que ha llegado hasta aquí engañando a la gente, robándole sus dineros como lo demuestra el ocultamiento de su patrimonio en la negativa a presentar su declaración jurada.
Seguramente no le preocupará en absoluto este comentario en el descrédito y desprecio que tiene por un medio de poca repercusión y está seguro que los medios masivos formadores de opinión no le darán ninguna difusión por miedo a perder los montos de campaña que tan groseramente ha distribuido entre ellos. ¿Por qué además, como podría haber llegado hasta aquí alguien de tan pobres propuestas y discurso si no fuera por ellos? No importa, nos basta con saber que advertiremos a algún desprevenido.
Si llegara a tomar conocimiento de alguna manera de lo aquí expresado, tal vez se pregunte quien soy. Le digo. Alguien que se ha preocupado más por el mérito que por éxito, en un país que no está preparado para destacarlo. Pero en el aspecto que a usted puede interesarle, soy el dueño del pingüino. Como lo lee. Tengo registrado el uso de la imagen de un pingüino con cara humana, casualmente parecida a la del ex presidente Nestor Kirchner. Vaya a marcas y patentes y corrobórelo. Ese pingüino que como caricatura nunca pudo volver a utilizar nadie sin transgredir mis derechos. Para ello lógicamente hablé con el extinto mandatario. Jamás lo utilicé y sabe por qué? No estaba de acuerdo con sus ideas, ¿porque iba a estarlo con su dinero?
Pero además rechacé ofertas monetarias de quienes querían utilizarlo con fines espurios. No hago nada por dinero, don Scioli, lo que le asegura que este comentario es mío solo mío y porque así lo pienso. Pero siento la obligación de hacerle saber a los ciudadanos con quien podrían encontrarse en la presidencia de la nación. ¿No es un antecedente suficiente para decir estas cosas que le estoy diciendo? Puede ser, pero ya le queda claro, y a los lectores, que escribo con bastante conocimiento de los engranajes, grandezas y miserias de los poderosos.
Lo peor que le puede pasar a la Argentina es que sea presidente. Usted es la repetición del ex presidente Cámpora que tuvo que renunciar para darle paso a Perón. Así lo presionarán y aunque usted confíe que podrá superarlo, eso significa agregar un problema político al ya grave problema económico que se viene, indefectiblemente. No es tampoco que los demás candidatos sepan bien cómo afrontarlo. Al menos no tendrán sus peleas internas.
El presente de la Argentina necesita de alguien dispuesto a dejarlo todo por lograr el mejoramiento del bienestar de la gente, acabar con sus pobres y marginados, con la postergación de las fuentes de producción. Y usted ya ha demostrado ser incapaz, ha privilegiado demasiado sus ansias de poder a costa de ignominiosos costos para los ciudadanos.
Por último una reflexión. Si no ponemos los actos que pretenden conducir desde la máxima autoridad de una Nación hacia el bien común, en manos de alguien más grande que los 44 millones de argentinos juntos, es que no somos conscientes de nuestras limitaciones y estamos acotando las posibilidades de concretarlo.
Mario R. Martín