La noche de Lisandro
La noche era muy fría y Lisandro avanzaba por la calle, mareado luego de tomar vodka en el bar de siempre.
Mientras caminaba, Lisandro sentía que sus piernas le pesaban más y más a cada paso, por lo que volteaba cada tanto a ver si se aproximaba un colectivo al que pudiera abordar.
Las cuadras pasaban y no había señales de ningún auto ni de nada… ni siquiera de algún otro ser humano que pudiera sacarlo de su soledad.
Tanto frío silencio causaba mucho miedo en aquél transeúnte borracho, ya que podía oler en el aire, el peligro que seguramente se avecinaba.
Y es que comenzaba a recordar lo peligrosa que era esa zona carente de iluminación óptima, pero abundante en malvivientes.
A todo esto se sumaba su agotamiento inevitable por la cantidad de distancia caminada, y fue así que lo inevitable sucedió… exhausto, Lisandro se detuvo y sobre el cordón de una vereda se sentó.
Repentinamente, el malestar se adueñó de su cuerpo y comenzó a vomitar sobre la calle todo ese alcohol que había ingerido de manera irresponsable.
Y así, en muy mal estado, apoyó su cabeza sobre la vereda, intentando recuperarse de alguna manera de aquella infortunada situación.
Pero mientras intentaba lo imposible, Lisandro comenzó a sentir el ruido de unos pasos acercándose hacia él.
De pronto, su mente comenzó a contemplar la posibilidad de que sería asaltado de manera inminente.
Y la desesperación se apropió de él al abrir sus ojos y ver a ese temible ser, por fin, delante suyo.
Al levantar muy tembloroso su vista, Lisandro vió el rostro de aquella persona misteriosa. . . ¡Y vió múltiples caras!
¡Asustado pensó que tal vez estaba frente a un ser super poderoso, o un alienígena! ¡Tal vez era un simple y cruel malhechor que le había suministrado una droga de efecto rápido para robarlo!
Lo único certero es que Lisandro, sin fuerzas en su interior, cerró sus ojos y se desmayó.
Luego de unas horas, despertó de su ebrio sueño y se encontró en una ambulancia… la persona que se le había acercado había llamado al 911 para que lo ayudaran y por fin estaba a salvo, lejos de todo peligro.
Así, su “ángel de la guarda” le enseñó una gran lección a Lisandro… nunca se debe prejuzgar a una persona, sobre todo estando ebrio.
Fin
Adrián Rusak
Redactor y guionista tanto en el campo radial como en el audiovisual.
Co-autor del piloto unitario “Umbrales”. Ha escrito, también en co-autoría, el radioteatro “Jaque Mate” el cual fue representado en la radio del ISER FM 95.5 y en el prestigioso evento “Hecho en Taller” en el Auditorio Gregorio de Laferrère (Argentores).
También ha sido parte del equipo que ha realizado la producción artística de la Radio Soldados FM 87.5, para el relanzamiento de la emisora en el año 2015.
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