Multitudinario y jubiloso cierre
Con la presencia de miles de fieles
Con una multitudinaria convocatoria como suele ocurrir cada año, concluyó el domingo 4 de mayo la semana de honras a Nuestra Señora del Valle. Miles de devotos se encolumnaron por calle Sarmiento, de la capital provincial, para participar de la procesión y la posterior misa en el atrio de la catedral basílica. El obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, rogó a la Virgen que ayude al pueblo catamarqueño a descubrir la importancia de proteger y dedicar “lo mejor de nuestros recursos” a los niños y adolecentes.
En una jornada agradable del otoño catamarqueño, la imagen de la Virgen del Valle fue transportada desde el presbiterio de la catedral hasta el tarimado emplazado junto al atrio de la basílica. Desde allí, delegaciones de peregrinos, misachicos, instituciones, movimientos, parroquias, agrupaciones y colegios comenzaron su paso frente a la Madre del Valle.
Mientras avanzaban las delegaciones, los cantos evidenciaban el clima de fiesta que se vivía en las calles céntricas de San Fernando del Valle de Catamarca. Luego de la veneración popular, monseñor Urbanc trasladó la imagen hasta la urna en la que fue transportada en procesión.
Detrás del obispo, el clero local, religiosas, consagrados y laicos se unieron a los cantos de honor a María del Valle mientras recorrían las calles de la ciudad. Desde la Casa de Gobierno, sumó el vicegobernador a cargo del Ejecutivo, Dalmacio Mera, el Intendente capitalino, Raúl Jalil, y diversos funcionarios. Juntos rezaron el rosario poniendo como intención general a los niños y adolescentes de la diócesis, quienes son la opción preferencial de este año para la Iglesia en Catamarca.
Las meditaciones de los guías invitaban a pensar en las enseñanzas de la Virgen, que constantemente conducen al pueblo cristiano hacia su Hijo Jesús. Las oraciones y los cantos acompasados por festivos aplausos marcaban el avance de los caminantes. También se sumaban, al paso de la Virgen, vecinos ubicados en techos y ventanas de sus casas.
Al concluir la procesión, el obispo diocesano expresó el mensaje final de estas fiestas marianas, dirigiéndose a la Madre Morena. Agradeció la participación de tantos fieles y elogió a los flamantes santos Juan XXIII y Juan Pablo II, que consideró “preciosas perlas” que condujeron a la Iglesia en el siglo XX.
El obispo agradeció públicamente su reciente peregrinación a Roma y a Tierra Santa, y rogó por las necesidades e intenciones del papa Francisco: “Te pido que le concedas las gracias que necesita para poder guiar la nave de Pedro con clarividencia, mansedumbre, discernimiento y firmeza a fin de que la Iglesia, Esposa de Jesucristo, brille en el mundo como un faro y sea seguro refugio de tantos heridos, agobiados, desorientados, excluidos, desencantados y sobrantes que han ido generando el egoísmo, el materialismo y el consumismo”.
En el Año de la Niñez y la Adolescencia, el obispo recordó que el pasado 8 de diciembre confió a la Virgen a los niños y adolescentes de la diócesis. “Te doy gracias porque has sensibilizado muchos corazones para que se ocupen de esta franja etaria tan preciosa de nuestra sociedad”.
“Los niños y adolescentes son muchos y con muchas carencias afectivas, económicas, religiosas, familiares, educativas y alimentarias –expresó-. Te suplico que nos ayudes a darnos cuenta de cuánto importa dedicar lo mejor de nuestros recursos humanos, cristianos, económicos, políticos, educativos, sanitarios y sociales para atender con solicitud y eficacia la generación, gestación, crecimiento, alimentación, socialización y humanización de cada uno de nuestros chicos”.
“Te necesitamos, María –aseguró el obispo-. Recuerda, querida Madre, que tu Hijo Jesús nos ha confiado a tu delicado y amoroso cuidado. Estamos muy agradecidos por todo lo que haces por nosotros, pero lo que quiero expresarte es que no tengas reparos en meterte en nuestra vida para hacernos ver cuando estamos equivocados, o somos caprichosos, o superficiales, o desamorados con Dios y con el prójimo, o perezosos, o indolentes, o duros de corazón, etc. Te necesitamos siempre como mamá, como creyente fiel, como maestra y sobre todo, como Modelo de discípula-misionera de Jesucristo, camino, verdad y vida, el Resucitado que vive para siempre en medio de los hombres”.
Monseñor Urbanc también tuvo palabras para los enfermos, y rogó a la Virgen que, confiados a su intercesión, reciban consuelo y “sanación de su incredulidad”. Tras la alocución, la Virgen volvió al camarín para permanecer allí hasta las próximas fiestas en su honor, que comenzarán el sábado 29 de noviembre.
Bendición de Francisco y recuerdo de los Papas Santos
El domingo por la mañana, monseñor Urbanc presidió la misa pontifical, principal celebración eucarística de la jornada en el altar mayor del templo catedralicio. En el tercer domingo de Pascua, el obispo dio gracias por “el precioso regalo de la canonización de dos grandes papas” como san Juan XXIII y san Juan Pablo II.
“Doy gracias a Dios que pude participar en tan magno y significativo acontecimiento para nuestros tiempos que tan necesitados están de modelos auténticos de vida humana y creyente”, manifestó el prelado.
En un tramo de su homilía, monseñor Urbanc abogó por la educación de los niños, indicando que “si de verdad creemos que Cristo está vivo porque ha vencido la muerte y el pecado con su Resurrección, tenemos que tomar con mucha responsabilidad toda tarea humana, en especial, la generación y educación de los niños”.
“Esta es la actividad humana por excelencia, es la acción donde el ser humano coopera más estrechamente con Dios, puesto que se trata de hacer que esa nueva criatura sea en verdad ‘imagen y semejanza de Dios’ pues Él la ha creado y que tome conciencia de que ha sido llamada a la filiación divina por los méritos de la muerte y resurrección de Jesucristo”, afirmó. Luego, agregó: “Por eso en esta Eucaristía hemos de pedir al Señor que nos ilumine y entusiasme para tomar más en serio esta misión que no se acaba, sino que exige de mucha reflexión y oración para llevarla a cabo con eficacia y excelencia”.
Antes de finalizar la celebración eucarística, el Obispo catamarqueño saludó a la Madre del Valle y transmitió un saludo y una bendición especial del Papa Francisco, a quien visitó durante su viaje a Roma.
Fuente: AICA