ACDE reflexiona sobre “Economía y valores”
A la luz de la exhortación Evangelii Gaudium
La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) comenzó el jueves 12 de junio a delinear los aspectos de lo que será el Encuentro Anual por realizarse el 4 de septiembre con el título “Argentina sin atajos. El desafío como empresarios y ciudadanos”.
Estaban invitados 40 empresarios y los economistas Orlando Ferreres, Eduardo Amadeo, Javier González Fraga y Miguel Braun y sirvió como espacio de reflexión sobre los temas centrales para el desarrollo del país: “Economía y valores”, temática a la que desde la asociación también ligan a la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, del papa Francisco.
Presidido por Juan Pablo Simón Padrós (Presidente de ACDE) y moderado por Sebastián Mocorrea, responsable del Encuentro Anual, desde la asociación se llamó a encontrar consensos sobre el papel del empresariado en la construcción del futuro. Lejos de enfocarse en la retórica, Mocorrea invocó a la acción.
Los economistas convocados iniciaron la cesión reflexionando sobre tres temas presentados por Mocorrea: conocer las causas por las cuales la Argentina ha sido incapaz de mantener un modelo económico estable, sobre qué valores debe asentarse un modelo económico justo de desarrollo y la interpretación de Evangelii Gaudium.
Comenzó Miguel Braun, que a estas tres cuestiones respondió con la necesidad de encontrar el correlato actual de los valores de la Revolución Francesa, libertad, igualdad y fraternidad y que resumió en que “si entendemos al otro como a un igual, que no es un enemigo, vamos a poder empezar a construir a largo plazo”.
Eduardo Amadeo se refirió principalmente a que, como sociedad, “nos hemos acostumbrado a pensar en el corto plazo; la inestabilidad sistemática de los sectores privado y público, que funciona priorizando el corto plazo. Esto es (un problema) cultural”. Luego, Javier González Fraga aseguró, al igual que Braun, que la solidaridad es un valor que se debe rescatar: “Es mucho más que la caridad”. Contener al capitalismo, reencausarlo, sería el ideal, sobre todo a la hora de luchar contra el flagelo de la corrupción, por lo que apeló al cambio: “Si entendemos que la corrupción es un elemento necesario, bajémonos del escenario”. Y para ello el sector empresario debe cambiar su forma de ser, ya que consideró que “siempre hay un privado detrás de cada hecho de corrupción”.
A su turno Orlando Ferreres comentó que “la desmesura”, traducida en inflación, descontrol y emisión. Para Ferreres, los valores que hay que fortalecer son la institucionalidad (“Sin instituciones no hay país; no hay partidos políticos tampoco”) y la educación, cuya ausencia, alega, alienta la corrupción, apoyada por la ignorancia.
Con estos temas como disparadores los empresarios convocados plantearon sus dudas y reflexiones a las presentaciones de los economistas.
El comienzo fue tiempo para el diagnóstico y se hizo hincapié en que más allá de las desventuras de los circunstanciales planes económicos de los gobiernos y la coyuntura internacional, todos admitieron percibir una gran crisis de valores de todos los estamentos de la sociedad.
Abogaron entonces para un cambio de actitud, por admitir la responsabilidad propia. “Pasamos treinta años diciendo que el problema de la Argentina son los quiebres institucionales; a treinta años de recuperar la democracia estamos peor. Somos los principales responsables porque somos los que creamos riqueza”, expuso Federico Quintana (Vicepresidente de ACDE).
Para entonces, Jorge Aceiro (Acelar S.A.) ya había graficado esa autocrítica: “Hay una incoherencia profunda entre los objetivos que decimos que queremos tener y los caminos que tomamos”. Por eso, el mensaje que según él debe enviar el empresariado al gobierno de turno es el de encontrar “el camino que queremos recorrer; no el qué vamos a hacer”.
“La culpa no es del chancho, sino del que le da de comer”, dijo Juan José Aranguren (Shell). Para él, “unirnos en cámaras no va a resolver el problema. El problema es que tenemos miedo de decir lo que pensamos. Si no perdemos ese miedo no vamos a poder construir una sociedad más democrática”.
El compromiso con la cosa política, la solidaridad y la libertad fueron los valores que los empresarios resaltaron en sus alocuciones. Y el trabajo que a cada uno de ellos les compete para cambiar la realidad en sus empresas y, por consiguiente, en la sociedad. “Si no nos vamos a juntar en unos años y vamos a tratar los mismos temas de hoy”, dijo Miguel Gutiérrez (TRG). “Nuestro desafío es el largo plazo por lo que debemos definir cuáles son nuestras prioridades”.
Desde hace más de 60 años, ACDE continúa profundizando su objetivo de constituirse en un ámbito de análisis y reflexión empresarial a la luz de los valores cristianos; y de acción, a través de su compromiso social en una labor empresarial regida por principios éticos y al servicio del bien común.
Informes: www.acde.org.ar
Fuente: Agencia AICA