Todos estamos en riesgo de contraer coronavirus, pero hay sectores de la población para los que representa un peligro mucho más tangible y real.
Sabemos que los adultos mayores, por ejemplo, pertenecen al grupo de riesgo de esta enfermedad, pero también las personas con enfermedades preexistentes o con sistemas inmunológicos deprimidos.
Si bien esta situación nos afecta a todos, para los que pertenecen al grupo de riesgo puede tornarse más difícil, ya que a la cuarentena se le suma el miedo constante a contraer el virus.
Por ello, reunimos en este artículo algunos consejos dirigidos a los grupos de riesgo, para que puedan sobrellevar este momento de la mejor manera posible.
1. Respetar la cuarentena
Es fundamental que, si pertenecés al grupo de riesgo, no salgas de tu casa bajo ninguna circunstancia —excepto emergencias. También, tenés que prestar especial atención a todas las medidas de higiene y cuidado necesarias para evitar el contagio.
Si necesitás salir o hacer compras, deberás pedirle a amigos o familiares. En el caso de que vivas solo o no tengas a quién acudir, también está la opción de comprar mediante aplicaciones. Allí es posible encontrar desde farmacias hasta supermercados Vea con entrega a domicilio, e incluso puede seleccionarse la opción de entrega sin contacto.
2. Aceptar el miedo
Es normal sentirse ansioso y estresado en estas circunstancias. Estas sensaciones pueden ser positivas para mantener la guardia alta, pero en su justa medida. Es importante, para mantener a raya las enfermedades preexistentes, intentar que este sentimiento no llegue a afectar nuestra salud física. Muchas veces, las preocupaciones y sentimientos como la ansiedad pueden afectar negativamente nuestro sistema inmunológico. Si notás que no podés controlar estas emociones, sería bueno que consultaras con tu psicólogo —muchos profesionales e instituciones ofrecen servicio de manera virtual.
3. Mantener una rutina diaria
Es importante que durante el confinamiento mantengas una rutina que incluya el cuidado personal, la limpieza de la casa, el trabajo de estudio y horas de ocio. Esto te ayudará a mantener un orden mental que te permitirá organizar tus días y proponerte metas realizables. También debemos incorporar a esta rutina algunos hábitos de prevención como lavarnos permanentemente las manos, toser en el codo, desinfectar las superficies, etc.
4. Realizar actividad física
No es necesario que te ejercites todos los días ni que sean rutinas de profesionales. Dentro de lo que nos permitan las circunstancias, nuestro estado físico y el lugar en donde vivimos, es saludable incorporar hábitos de actividad física: hacer rutinas de ejercicio, yoga, deportes, baile, incluso subir y bajar escaleras o mover los brazos y los pies desde sentados.
La intención es activar el cuerpo y desconectar los pensamientos negativos que nos puedan invadir.
5. Conectarse
Somos sujetos sociales y necesitamos de los otros. Las nuevas tecnologías nos permiten estar conectados permanentemente. Sin embargo, si vivís solo, te recomendamos que te tomes el tiempo para realizar una llamada o videollamada, ya sea con familiares o con amigos.
A veces no basta con leer al otro, necesitamos escuchar su voz o mirarlo a los ojos, por eso es fundamental que, en algún momento de tu semana, dediques una o dos horas de tu día a charlar con alguien, cara a cara. Esto también es importante para mantener nuestra salud mental y, ligada a ella, la física.