¿Sabes por qué?
Creemos que la lengua vernácula es un aspecto que conforma y refleja la cultura de un pueblo. Por eso queremos acercarte información que, tal vez, te resulte interesante.
Se trata de una palabra de etimología mapuche. Ante todo es necesario recordar que el idioma mapuche o mapudungun es una lengua ágrafa, es decir, que no tuvo escritura. Por tal motivo, no hay consenso absoluto entre los especialistas respecto a los signos fonéticos más adecuados para transcribir las expresiones orales. En cada ocasión que se intentó escribir su lenguaje lo hicieron adaptando nuestro alfabeto a sus expresiones fonéticas utilizándolo de la manera más aproximada.
El historiador puanense César Michelutti investigó sobre la toponimia de esta palabra consultando variada bibliografía e incluso entrevistándose con expertos en el tema, como comparte en su libro “Cronología para la historia de Puan”
La definición que el investigador considera como más acertada es la que está formada por dos vocablos EPU y ANTÚ que significados soles. Entonces, ¿por qué decimos PUAN y no EPU ANTÚ?
En toda lengua, la relación que existe entre un grafema (signo gráfico) y el fonema que representa es totalmente convencional. Una de las características más relevantes de la lengua mapuche, es que cada grafema representa un sonido propio del idioma. No existen grupos consonantes como en el castellano, es decir, no se usan dos letras para representar un solo sonido. Esta idea no debe sernos extraña puesto que el sonido de la N castellana es representado en otros idiomas mediante el uso de dos grafemas (ny en el catalán, nh en portugués).
MAPUZUGUN es una lengua aglutinante. Se trataría de una lengua polisintética porque sus formas verbales están compuestas por “una serie -potencialmente muy larga- de elementos significativos que se combinan en un orden altamente regulado” (Salas, 1992) mientras que es al mismo tiempo aglutinante porque tales elementos “tienen una identidad formal propia muy definida y constante, y por lo tanto, son claramente segmentables…” (Salas 1992). A las características anteriores se agrega el hecho de que a las series de elementos mencionados también se pueden incorporar palabras completas y hasta series de palabras; cuando esto sucede, se dice que estamos frente a una lengua incorporante.
En esta lengua, el acento, es decir la mayor fuerza articulatoria realizada sobre una vocal en la palabra, no es relevante como en otras lenguas. En concreto, no es posible contrastar el significado de dos parejas de palabras sólo por su acento. Dado que esto no ocurre, el acento no tiene relevancia fonémica y por lo tanto no es necesario marcarlo. En español, por ejemplo, se puede contrastar el significado de beso y besó o de límite, limite, limité por la posición del acento. En mapuzugun en general no se produce alteración del significado si se modifica la acentuación de la palabra: ruka o ruka; ilo o ilo; tupu o tupu. El significado no varía.
En el caso de PUAN, pronunciaban más suavemente la primera y la última vocal, es decir ePU ANu. Con el tiempo, se transformó y perduró simplemente PUAN.
Lucía Vallejos, licenciada en historia, Amigos del Museo e Puan
Bibliografía: “Cronología para la historia de Puan”, III. César Michelutti, Editorial Dunken, 2009 – “Gramática Básica para la Lengua Mapuche”. Universidad de Temuco, Chile, 2006.